El Mercader de Palabras.

>> martes, 29 de diciembre de 2009


Soy un mercader de palabras, compro y vendo. Vivo de ellas, hasta mi humilde comercio llegan grandes literatos, buscando palabras de impronunciables dimensiones. Jueces buscando las más técnicas, abogados peleando. Maestros en busca de tesoros en desuso, médicos prefiriendo las palabras del latín, enamorados buscando las más bellas rarezas que describen al amor.

Todos buscan y a todos aconsejo, algunos encuentran el locuaz verbo, otros desencantados se van en busca del mercader de hechos. Monjes buscando verbos divinos.
Tengo palabras rarísimas de antiguos romanceros, poemas y versos. Poseo encerradas bajo llave, palabras  peligrosas e hirientes. Palabras que despiertan pasión, soledad y sueño.
Un tarro grande en una estantería de palabras aburridas y otro de olvidadas. Un armario de palabras de lenguas muertas y pasadas. Palabras para coleccionistas y para aprendices de lenguaje.
Conjuntos de monosílabos para bebes. Tacos y erratas, faltas de ortografía y desconocimientos de idiomas. Palabras para canciones y músicas. Palabras para pedir perdón, llorar, curar el alma y  el cuerpo. Viajeros traen palabras extranjeras, indomables y malsonantes. Raras especies de palabras del África, exóticas de Asia, acarameladas de la Vieja Europa, palabras risueñas de España.
¡Bienvenidos a mi comercio!
¡Soy el Mercader de Palabras!
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